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Lilo y Stitch |
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A�o | 2002 | ||
Pa�s | USA | ||
Estreno | 05-07-2002 | ||
G�nero | Animaci�n | ||
Duraci�n | 83 m. | ||
Todos | T. original | Lilo & Stitch | |
ZINEMA.COM | Direcci�n | Chris Sanders | |
Dean DeBlois | |||
Int�rpretes | Daveigh Chase (Lilo) | ||
Jason Scott Lee (David Kawena) | |||
Chris Sanders (Stitch) | |||
Ving Rhames (Cobra Bubbles) | |||
Tia Carrere (Nani) | |||
Gui�n | Chris Sanders | ||
Dean DeBlois | |||
M�sica | Alan Silvestri | ||
Montaje | Darren Holmes | ||
Sinopsis | |||
Lilo es una ni�a hawaiana que se siente sola y decide adoptar un "perro" muy feo al que llama Stitch. Stitch ser�a la mascota perfecta si no fuera en realidad un experimento gen�tico que ha escapado de un planeta alien�gena y que ha aterrizado en la tierra por casualidad. Con su amor y su inquebrantable fe en el "ohana" (el concepto hawaiano de la familia), Lilo termina conquistando el coraz�n de Stitch y le ofrece algo que el original perro nunca pens� tener: un hogar. | |||
Referencias | |||
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Cr�tica | |||
Vuelve la factor�a Disney a aliviarnos el est�o con un magn�fico e incatalogable largometraje que podr�amos definir como una comedia de ciencia ficci�n musical secci�n Elvis Presley, alocada, desternillante, y mucho m�s adulta y compleja de lo que a primera vista podr�a parecernos, que supone el debut en la direcci�n de dos reputados miembros de la factor�a del eterno (v�a ultracongelaci�n) productor y creador cinematogr�fico. Rodada con un presupuesto muy peque�o, el t�ndem formado por Chris Sanders y Dean Deblois triunfa en esta arriesgada aventura que, por los m�todos empleados en su producci�n, supone un original (y complejamente profundo) salto adelante en la trayectoria la afamada productora. Nada m�s y nada menos que se han utilizado para su elaboraci�n t�cnicas experimentadas y desarrolladas en los inicios de la Disney en cl�sicos como DUMBO y BLANCANIEVES Y LOS SIETE ENANITOS, que tienen como base el uso de la acuarela, y que, durante casi ocho a�os, previo adiestramiento de los digitalizados t�cnicos de animaci�n de la productora, han contribuido a la consecuci�n de un producto est�ticamente innovador y muy efectivo, pues pocas veces como �sta el formato elegido se adecua a las necesidades reclamadas por los planteamientos argumentales del film. Esta laboriosa tarea no es nunca una caprichosa y gratuita operaci�n, pues hay que reconocer que el antiguo arte de la acuarela se funde prodigiosamente con la exuberante y colorista geograf�a f�sica que enmarca el film: la ex�tica (y ya rara vez contemplada en pantalla grande) isla de Hawai. Pero es que adem�s de esta pertinente y bella puesta al d�a t�cnico-est�tica, nos hallamos ante una moderna e inesperada concepci�n en el dise�o de los personajes protagonistas, pues ambos est�n pincelados con matices que los hacen funcionar muy a la contra de lo que otros �o�os, blandengues y pastelarios h�roes impolutos Disney lo han hecho. Por un lado, nos encontramos con Stitch, un peque�o alien�gena malvado y destructor, un experimento perverso e implacabe, que resume en s� mismo todas las virtudes de los inocentes animalitos disneyanos (BAMBI, DUMBO, MICKEY), pero al reves, aunando en su escueta y peluda persona todas las ant�podas imaginables que pudieran hallarse almacenadas, por ejemplo, en el reverso maligno del m�gico espejito de la bruja de BLANCANIEVES. Parece un personaje escrito con el garfio del capit�n hom�nimo, que har�a las delicias de los sue�os de cualquier ni�o o ni�a pariente cercano de la de EL EXORCISTA. Todo el preciso e impagable pr�logo sirve para present�rnoslo y describirlo. Nos hallamos ante un personaje creado para el mal, para la destrucci�n implacable, sin conciencia alguna, que en su huida llega a la Tierra (genial el chiste el de catalogar a �sta como reducto protegido de la galaxia para la conservaci�n del mosquito, y el de definir a los humanos como primarios y simples habitantes de ella, pues vuelven al origen de su g�nero cada vez que el planeta choca con un asteroide. �Se merecen su existencia por ser el alimento favorito del fastidioso insecto!) para convertirse en animal dom�stico (�l, que podr�a ser la mascota perfecta de Cruella Devil) de una ni�a hawaiana, la maravillosa y entra�able Lilo, una espabilada, nada inocente, brillante (magistral su explicaci�n del porqu� ha de darle mantequilla de cacahuete a su pez) y problem�tica criatura, que al acogerlo generar� todos los conflictos posteriores que desarrollar� vertiginosa e hilarantemente la pel�cula. Asistimos enormemente complacidos a un fresco y arrollador largometraje de animaci�n, trufado de hallazgos imprevistos que lo tornan en cita indispensable para cualquier adulto fan�tico de productos de �ste genero, al convertirse (como no puede hacerlo el p�blico infantil) en privilegiado c�mplice de los calculados, jugos�simos, y sesudos gui�os que el filme le va regalando. Hablo, por ejemplo, de la maravillosa utilizaci�n de la m�sica de Elvis Presley, y de su figura como modelo educativo que Lilo le impone al travieso gremlim; del genial chiste que supone la confesi�n de la verdadera identidad del extra�o tutor educativo que vigila a Lilo y a su hermana; del perverso gag vud� que protagoniza la primera; y, como no, la antol�gica escena del exterminio total de la ciudad de juguete que Stitch se proporciona a s� mismo como regalo, que irreprimible y necesariamente, tiene que aniquilar. Un concienzudo homenaje a todas las pel�culas de ciencia ficci�n norteamericanas de los a�os cincuenta, que jugaban su baza principal en unos ahora primitivos e ingenuos efectos especiales, basados en el primoroso y efectivo de imposibles maquetas de monstruos y naves alien�genas. No es balad�, ni mucho menos, este juego de citas (las hay a Jack Arnold, a Don Spiegel, a Tim Burton, a Joe Dante), pues en mi opini�n �LILO Y STITCH� est� concebida como un especie de manifiesto de intenciones sobre hacia donde deber�a encaminarse el genero de la animaci�n en nuestros d�as. Se nos propone una vuelta atr�s hacia los or�genes, hacia la ingenuidad de un cine basado en argumentos e historias que huya del reaccionario af�n perfeccionador de las llamadas nuevas tecnolog�as, que restan expresividad, cercan�a... sentimiento. Stitch, perfecto e indestructible diablillo dise�ado en el delirio del �progreso� cient�fico es lanzado al �nico conf�n en donde se nos muestra torpe y vulnerable: el conflicto humano de una famila rota. �Se nos est� haciendo una met�fora del callej�n sin salida hacia el que se ha estrellado la mayor�a del cine que se consume en la actualidad? En fin, mientras respondemos a �sta no s� si divagante cuesti�n, perm�taseme un consejo, vean, saboreen, y disfruten este hechizante e ingenioso artefacto de entretenimiento lozano y pill�n que es �LILO Y STICH�, pero como si engullesen un helado antiguo, de los de antes, uno de esos cortes gigantes rematados en doble cubierta de galleta crujiente, de uno, dos o tres sabores. Contemplarla, a m� por lo menos, me ha sabido a eso. Me ha refrescado igual, igual, igual. Celso Hoyo |